Fuente: Ciscsa
CISCSA ha comenzado a trabajar con mujeres y varones, jóvenes y niños de la ciudad de Rosario en el marco del proyecto “Ciudades sin violencia para las mujeres, Ciudades seguras para todos”.
El objetivo de este proyecto es realizar un aporte a los derechos humanos de las mujeres aportando al desarrollo de políticas públicas que garanticen para ellas un acceso seguro y equitativo a la ciudad.
Para ello, se busca generar conocimientos respecto a las situaciones particulares de violencia e inseguridad que viven las mujeres desde la perspectiva de los distintos grupos que habitan la ciudad y específicamente desde ellas, tanto como sensibilizar al gobierno municipal de Rosario sobre la importancia de generar procesos de planificación de políticas participativas y desde la perspectiva de los derechos humanos.
En este marco, el equipo de CISCSA ya ha comenzado a trabajar en la primera etapa con distintos actores sociales de la ciudad sobre las significaciones y percepciones de la inseguridad y la seguridad.
Esto permitirá elaborar un diagnóstico para, en un segundo momento, realizar talleres de capacitación y participación con el fin de que estos diferentes actores de la sociedad civil y del gobierno local piensen estrategias y líneas de acción respecto de una ciudad segura para mujeres y varones.
Es interés de CISCSA es aportar al debate sobre la seguridad, visibilizando las características que adquiere la inseguridad en las ciudades para las mujeres, la exclusión de la perspectiva de las mujeres en el diseño de políticas de seguridad urbana, y discutiendo la privatización e individualización de alternativas frente a la inseguridad, así como la difusión que pone énfasis en actos delictivos promoviendo estereotipos respecto a las conductas de las mujeres en el espacio público.
La pregunta que se planteó en esta primera etapa es si existe una asociación directa entre el concepto de la inseguridad con el delito por parte de la ciudadanía rosarina.
Otro objetivo que guía el trabajo es el de contribuir a que estos actores puedan visualizar las diferencias en el modo de vivir la ciudad por parte de varones y mujeres tanto como en el modo en que les afecta la inseguridad.
¿Desde dónde estamos pensando entonces la inseguridad?
En un proyecto realizado por CISCSA en cinco ciudades del MERCOSUR, incluida la ciudad de Rosario, acerca del uso y apropiación de los espacios públicos por parte de varones y mujeres, encontramos que, en general, las mujeres tienen un mayor sentimiento de inseguridad que los varones. Esto implica un continuo control y autocontrol sobre sus comportamientos, lo que produce limitaciones y restricciones sobre la movilidad y autonomía de las mujeres.
Además hay una violencia en especial que no se denuncia y que afecta específicamente a las mujeres, como comportamientos corporales y verbales invasivos del espacio de las mujeres y que atentan contra su autonomía, así como acosos sexuales y violaciones. Por otra parte, la inseguridad va atrincherando a los individuos y negando a la ciudad que mantenga su antiguo rol de espacio de encuentro.
Comienza a prevalecer el miedo y la desconfianza ante la alteridad. Y se agudiza la represión policial.
Frente a esto, el proyecto parte de una visión de la seguridad como un derecho humano, y en este sentido, nadie queda afuera del conjunto de sujetos que tienen derecho a poder gozar de ella (ni sectores empobrecidos, ni mujeres, ni presos, ni jóvenes, así como tampoco niños de la calle, trabajadoras sexuales y vagabundos, actores sociales que viven la ciudad de una manera particular).
Además pensar la seguridad como un derecho humano implica visualizar el acceso a la ciudad como posibilitante u obstaculizante de la sociabilidad entre las personas.
Por esto, el acceso de las mujeres a la ciudad -a la participación política, al trabajo, a la recreación- no sólo depende del logro de una sociedad con equidad de género, sino también de la planificación de ciudades que les posibilite a ellas apropiársela.
