Asentamientos humanos y Cambio Climático







Evidencias del Cambio Climático

Existen bastantes evidencias sobre las variaciones climáticas que se están produciendo en el mundo, la magnitud de los eventos e impactos que irán a ocurrir dependerá del aumento de los gases de efecto invernadero que se produzcan como también de las acciones que se desarrollen para su mitigación. Sin embargo ya es posible esperar los siguientes impactos, entre otros: aumento de las temperaturas entre 1 y 6°C a lo largo del siglo XXI; elevación del nivel del mar entre 10 y 90 cm con inundaciones en zonas costeras; cambio en los regímenes de precipitaciones; periodos de sequías más prolongados; severidad de las olas de calor especialmente en zonas urbanas; y otros. Estos cambios en el clima producirán: aumento de incendios de bosques; deshielo de glaciares; problemas en el abastecimiento de agua para consumo humano, agropecuaria e industria; pérdidas potenciales de tipos específicos de ecosistemas, en áreas de montaña, humedales y zonas costeras; alteraciones en la producción de alimentos (aunque pudiera registrarse un aumento de la productividad agrícola por un limitado periodo, probablemente habrá fuertes efectos de caídas sensibles en algunas regiones); aumento del riesgo de inundaciones, deslizamiento de suelos y derrumbes de infraestructura que causaran pérdidas de vidas y económicas; incremento de la incidencia de enfermedades originadas en vectores, como dengue y malaria; y otros.      Estos impactos afectarán en mayor medida, a los sectores más pobres, ya que viven en zonas mas vulnerables, desarrollan actividades mas relacionadas con el medio natural y cuentan con menos recursos para adaptarse a las nuevas situaciones, es decir tienen menor capacidad de resiliencia.

 

Presente y Futuro Urbano :

 

Desde mediados del año 2008 cerca de 3.200 millones de seres humanos, o sea la mitad de la población mundial vive en ciudades. La migración de la gente a las áreas urbanas, durante el siglo XX, ha sido desmedida causada por las “oportunidades” que ofrecen las urbes para conseguir empleo, obtener mayor ingreso y mejorar el bienestar material.  

 

En el último siglo hemos construido una civilización urbana en torno a la afirmación de lo individual, la cosificación y mercantilización de las relaciones humanas, el vértigo de la ganancia, el disfrute de la acumulación material y la persecución del éxito monetario. A todo ello se le denomina la sociedad del consumo. Sin embargo, no todas las regiones del planeta se han poblado igual, ni tampoco todas las sociedades han acumulado la misma cantidad de riqueza y bienestar material. Países con el 20% de la población más rica del mundo producen el 57% del PIB mundial y emiten el 46% de los gases de efecto invernadero.

 

Aunque las ciudades sólo ocupan el 0,4% de la superficie terrestre, son responsables de la mayor parte de las emisiones de carbono, lo que las convierte en un elemento clave para mitigar la crisis del clima. Cada año se añaden más de 60 millones de habitantes a las ciudades, mayoritariamente en asentamientos urbanos pobres en los países en desarrollo. Presenciamos un proceso urbanizador, caótico y  desordenado, que está provocando graves daños a la salud humana y a la calidad del medio ambiente, contribuyendo a la inestabilidad social, ecológica y económica de muchos países.

 

De los 3.200 millones de habitantes urbanos actuales, 1.000 millones viven en barriadas marginales, donde las personas carecen de agua potable, vivienda adecuada e infraestructura urbana. Se calcula que cada año mueren 1,6 millones de habitantes urbanos a causa de esta carencia de agua potable y de saneamiento.

 

En Latinoamérica y el Caribe LAC, la población urbana alcanza al 74%, con una serie de variaciones en los países y con importantes asentamientos de pobreza en las ciudades. Nuestra región se halla expuesta a una variedad de riesgos climáticos, que ya fueron evidentes en los primeros años de este siglo, y que han aumentado en intensidad y frecuencia. Los efectos del cambio climático empeorarán la vida en las ciudades porque se producirán más inundaciones agravadas por el aumento en la frecuencia e intensidad de tormentas, huracanes y tornados; el derretimiento de glaciares afectará en la energía, consumo de agua, seguridad alimentaria y mayor migración hacia las urbes; las olas de calor provocará diferencias de temperatura de hasta cinco grados afectando la salud y produciendo incendios; mayor desprendimientos y deslizamientos de tierras que aumentarían la vulnerabilidad y la exposición al riesgo de aquellas poblaciones ubicadas en laderas de las montañas o en valles de drenaje de ríos.

 

El aumento de la temperatura implicaría también una modificación en la demanda de energía, ya que al tener inviernos más suaves se espera que la demanda de energía para calefacción disminuya, pero con veranos más cálidos, será mayor el uso de ventiladores y acondicionadores de aire, con lo cual aumentaría la necesidad de energía para refrigeración. 

 

Se incrementará el problema de agua y saneamiento en cantidad y calidad suficiente además de las enfermedades relacionadas con la falta de estos servicios; la agricultura urbana sufrirá perjuicios por la insuficiencia de agua; se prevé mayor contaminación por el transporte, la industria, los rellenos sanitarios, la deforestación si es que no se toman las medidas correctivas a tiempo; habrá carencia de electricidad; los edificios urbanos mantendrán un elevado consumo de energía.

 

La vulnerabilidad de los asentamientos urbanos puede acrecentarse por los desastres socionaturales y antrópicos. El número de personas afectadas por desastres naturales se ha disparado de 177 millones de media anual a finales de la década de 1980 a 270 millones hasta el 2001.

 

 Retos a ser enfrentados AHORA.-

 

Hasta ahora hemos practicado un estilo desaprensivo e irrespetuoso en nuestro reracionamiento con la naturaleza sin reconocer que los componentes naturales cumplen roles distintos de los asignados por nosotros, parece que olvidamos que la calidad de nuestra vida está directamente relacionada con la calidad ambiental, la naturaleza no es un banco inagotable de recursos y su capacidad de resiliencia no es infinita.

 

El estilo de desarrollo depredador de nuestros recursos que rige en el mundo, que ha reducido nuestras áreas boscosas, silvestres, destruido los habitáts naturales; degradado los suelos; disminuido nuestra biodiversidad; contaminado las fuentes de agua; debe parar. Es necesario cambiar  el modelo económico dilapidador donde las grandes empresas presionan para que las personas aumenten sus consumos de energía, sus deudas y su status.

 

Cuales podrían ser las soluciones sostenibles al cambio climático? Como cambiar los códigos y hábitos de conducta humana? Como enfrentar la vulnerabilidad de las ciudades de LAC?

 

Toda acción de mitigación tiene real importancia porque reduce las causas del calentamiento global, sin embargo sus efectos serán posteriores, por lo que las estrategias de adaptación constituyen hoy una prioridad vital y de suma urgencia.

 

En el campo de la Políticas, es necesario diseñar y aplicar políticas integrales e intrasectoriales para la adaptación y la mitigación al cambio climático que resultan muy difíciles por la incredulidad de los tomadores de decisión que prefieren esperar a que los impactos del cambio climático aparezcan para enfrentarlos, es decir la reacción frente a la emergencia antes que acciones para la prevención.  

 

Generar una estrategia regional y por países para la exigibilidad a los países ricos a que adopten, de manera urgente, medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, en ese sentido el Tribunal del Cambio Climático puede ser útil. La consolidación de los mecanismos de financiamiento como son el Fondo Especial de Cambio Climático, el Fondo para la Adaptación y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, son de verdadera importancia para la región puesto que las medidas a tomar requerirán de una sustancial asistencia financiera y técnica para la transferencia de tecnologías limpias.

 

En LAC es preciso acometer acciones de manera inmediata dirigidas a: la gestión integral de los recursos hídricos; asentamientos humanos y la gestión de riesgos; la seguridad alimentaria; la salud; y los ecosistemas.

 

Gestión Integral de los Recursos Hídricos.-

Algunas medidas a ser tomadas: (i) considerar al agua como un derecho humano; (ii) incorporar en las políticas de recursos hídricos el cambio climático; (iii) establecer mecanismos que permitan la participación de la sociedad civil en el manejo y gestión de los recursos hídricos; (iv) evaluar la cantidad y la calidad del agua por tipos de fuentes superficiales y subterráneas, su tratamiento y reutilización; (v) generar información sobre la vulnerabilidad de las ciudades ante el déficit de agua en épocas de estiaje, ante el retroceso de glaciares, ante inundaciones por la subida del mar y ante eventos metereológicos durante época de lluvia; (vi) promover alternativas de tecnología limpia para el manejo adecuado del agua en el sector agrícola, industrial, minero y en las ciudades y viviendas.

 

Asentamientos Humanos y la Gestión del Riesgos.-

Se proponen algunas medidas como: (i) incorporar en los Planes de Ordenamiento Territorial como variable el cambio climático para la planificación de los asentamientos humanos y la definición del uso del suelo; (ii) elaboración de políticas de gestión de riesgos que identifiquen el incremento de las amenazas y vulnerabilidades por los efectos del cambio climático; (iii) mejoramiento de la tecnología en la construcción de infraestructura y de vivienda considerando los probables eventos climáticos; (iv) planificación de asentamientos más justos, sostenibles, equitativos incentivando y fortaleciendo la participación ciudadana en la definición de políticas y programas; (v) respeto y cuidado del medio ambiente tratando de manera eficiente los residuos sólidos, incentivando la agricultura urbana, impulsando las energías renovables, reduciendo la huella ecológica de los habitantes.

 

Seguridad Alimentaria.-

Con el fin de garantizar la disponibilidad y acceso en la cantidad suficiente de alimentos para la población se deben generar medidas como: (i) políticas de adaptación para los sectores productivos vulnerables ante eventos climáticos; (ii) sistemas de alerta temprana respecto del comportamiento metereológico; (iii) establecer un sistema de vigilancia fitosanitaria para enfrentar plagas emergentes del cambio climático; (iv) la agricultura urbana puede ser una alternativa que ayude a las ciudades a enfrentar déficits alimentarios.

 

Salud.-

Dada la severidad de los cambios climáticos se propone: (i) alinear las políticas de salud a ese contexto; (ii) evaluar y tomar acciones sobre la variabilidad temporal de las enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, la malaria, fiebre amarilla; (iii) contar con un sistema de vigilancia bioclimática sensible a las enfermedades por el clima.

 

Ecosistemas.-

Algunas medidas a ser consideradas son: (i) conservar y proteger las playas, manglares y humedales en las zonas costeras; (ii) monitoreo del proceso de deshielo de los glaciares andinos; (iii) planes de forestación y reforestación cuidando las especies en peligro de extinción; (iv) manejo integrado de las cuencas; (v) prever los problemas ambientales por la explotación minera; (vi) evitar incendios forestales por la actividad antrópica.

 

Finalmente consideramos que la investigación sobre las causas y efectos del cambio climático, la difusión de los mismos a través de los medios de comunicación, la sensibilización de autoridades y de la población, el fortalecimiento de las organizaciones sociales para que participen activamente en políticas y programas y el reconocimiento de prácticas ancestrales y antropológicas son elementos importantes para alcanzar las medidas propuestas.