COVID-19: Necesitamos un Hábitat de Derechos Humanos

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En la actual pandemia de COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aconsejado -y los gobiernos responsables han hecho cumplir- que nos quedemos en casa, nos lavemos las manos con frecuencia con jabón y agua caliente, mantengamos el distanciamiento social y mantengamos nuestro sistema inmunológico fuerte. Estas medidas para salvar vidas son imposibles para las personas vulnerables que viven en comunidades informales, en campamentos de desplazado-as y refugiado-as y en otras condiciones de confinamiento y hacinamiento. Los habitantes que habitualmente carecen de agua limpia y saneamiento, no pueden distanciarse socialmente y no tienen alimentos y una nutrición saludables para mantener el sistema inmunológico fuerte. La crisis nos recuerda que la vivienda, la alimentación y la nutrición adecuadas, el agua potable, el saneamiento, un medio ambiente sano y la asistencia sanitaria son necesidades humanas universales y, por lo tanto, derechos humanos.

También se nos recuerda nuevamente que las personas que viven en condiciones de vivienda y hábitat inadecuadas se encuentran entre los más vulnerables a la aparición de vectores de enfermedades[1]. Al tiempo que aplaudimos a l@s heroic@s ciudadan@s que prestan servicios públicos esenciales en este momento traicionero de la pandemia del COVID-19, llamamos la atención especialmente sobre las personas sin hogar, con viviendas precarias, l@s prisioner@s, l@s refugiad@s, las personas desplazadas, l@s solicitantes de asilo y las personas sometidas a ocupación extranjera y a la guerra. Es nuestra responsabilidad colectiva proteger y proveer a estas personas y comunidades más vulnerables.

En medio de la crisis mundial del COVID-19, es inconcebible someter a las personas a desalojos forzosos. Esta práctica constituye una grave violación de los derechos humanos, especialmente del derecho humano a una vivienda adecuada y es particularmente atroz en tiempos de pandemia. Por lo tanto, hacemos un llamamiento para que se prohíban totalmente los desalojos forzosos, las demoliciones de viviendas, los traslados involuntarios y el despojo por parte de todas las esferas del gobierno, sectores y actores, ya sea en contextos urbanos o rurales.

Asimismo, felicitamos a las figuras públicas y los líderes políticos que han actuado de manera responsable y han pedido que se ponga fin a estas prácticas, en general, y especialmente durante la presente pandemia[2]. Es esencial además que las instituciones públicas se coordinen con el sector privado para asegurar un servicio conjunto al bien público, sin discriminación, excepción, lucro o interés propio, para dar prioridad a tod@s l@s que viven al aire libre y en la calle, en refugios para personas sin hogar, asentamientos informales, prisiones, campamentos de refugiad@s y lugares donde se encuentran personas desplazadas y solicitantes de asilo.

Si bien el derecho humano al trabajo decente está relacionado con todas las demás necesidades humanas y los derechos humanos, las personas que no pueden trabajar o que han perdido su empleo e ingresos debido al COVID-19 son cada vez más vulnerables al virus y sus consecuencias.

Todos los gobiernos, empresas e instituciones competentes deben coordinar medidas urgentes para garantizar el más alto nivel posible de salud mental y física, incluida la atención sanitaria universal, para las personas que se encuentran en su jurisdicción y/o territorio donde ejercen sus funciones. Debe darse prioridad a las personas que trabajan y viven en condiciones informales y precarias, a las personas con problemas de salud crónicos, a las personas de edad, a los menores de edad y a las mujeres embarazadas.

No obstante, observamos que algunas medidas gubernamentales son notoriamente inadecuadas y cruelmente negligentes[3]. Este fracaso público se suma a los actos y políticas de los gobiernos que crean condiciones de vida precarias, hacinamiento y ubican en hábitats informales y precarios a las personas de las que son responsables.

Las políticas, prácticas y presupuestos deben garantizar que las personas y comunidades más vulnerables disfruten de los siguientes bienes y servicios esenciales:

Información y Prevención

  • Información y directrices suficientes, comprensibles, precisas y oportunas sobre el estado del COVID-19, el número de casos y su propagación;
  • Garantizar una alimentación y nutrición suficientes así como el acceso al agua potable;
  • Kits de prueba e instalaciones y personal adecuado para detectar el COVID-19 sin costo alguno;
  • Servicios de salud móviles y equipos para administrar pruebas, comprobar y tratar los síntomas, así como para tratar enfermedades comunes;
  • Suministro regular y suficiente de agua limpia para lavarse y bañarse, así como un saneamiento adecuado;
  • Suministro adecuado de productos de limpieza y desinfección eficaces para uso doméstico;
  • Instalaciones de desinfección y limpieza suficientes para la ropa y la ropa de cama, especialmente en los lugares de residencia compartida;
  • Atención especial a l@s mayores y a las residencias de la tercera edad;
  • Evitar la represión y el abuso de la fuerza policial y militar.

Cuidado y cura

  • Instalaciones y personal adecuado para tratar el COVID-19 sin costo alguno;
  • Fácil acceso a centros e instalaciones de salud primaria con personal y equipos adecuados;
  • Incremento del número de camas hospitalarias, especialmente de unidades de cuidado intensivo (UCI);
  • Proteger al personal de la salud.

Medidas excepcionales

  • Garantizar un ingreso mínimo para l@s trabajadores que dependen de un ingreso diario o que trabajan en la informalidad;
  • Acabar con los despidos de trabajo y garantizar un seguro de desempleo adecuado para l@s que han perdido el trabajo y no tienen ingresos;
  • Una moratoria en el pago de alquileres, préstamos e hipotecas para los hogares en dificultades;
  • Reembolsos para l@s que han pagado servicios por adelantado, pero que ahora se les niega (estudiantes, pensionistas, enfermos crónicos, etc.;
  • Conversión de edificios y estructuras no utilizadas y vacias en viviendas para personas necesitadas;
  • Poner todos los recursos económicos y humanos a trabajar para vencer la pandemia;
  • Fomentar la solidaridad a todos los niveles, especialmente la solidaridad internacional.

Todas las personas de la sociedad también deben cooperar para garantizar la protección mutua en esta época de pandemia. Esto incluye prestar atención a los consejos de los especialistas médicos y de salud pública que aconsejan evitar los desplazamientos y las reuniones innecesarias.

Si bien esta pandemia mundial y las medidas necesarias para combatirla requieren de gastos y recursos excepcionales, instamos a los gobiernos a que hagan uso de su autoridad y de las obligaciones permanentes del Estado, incluso en virtud de los tratados de derechos humanos, para movilizar los fondos necesarios dando prioridad a la desviación de los presupuestos militares sobredimensionados y los subsidios a las industrias de combustibles fósiles y otras industrias tóxicas, e imponer impuestos suficientes a las actividades, empresas, transacciones y otros sectores que puedan contribuir a este esfuerzo común.

Más que nunca, tod@s debemos evitar estigmatizar y discriminar a otr@s en esta crisis común.

Todas las medidas de respuesta a la pandemia del COVID-19 requieren que evitemos violar los derechos humanos y que fomentemos y mantengamos un hábitat de derechos humanos para que prevalezca el bienestar humano.

Coalición Internacional del Hábitat

27 Marzo 2020

 

 

 

Consulte las acciones de los Miembros y Aliad@s de HIC en https://www.hic-net.org/es/hic-exige-justicia-social-ante-la-crisis-del-covid-19/

 

 

[1] Directrices de la OMS sobre vivienda y salud (Ginebra: Organización Mundial de la Salud, 2018), disponible en: http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/276001/9789241550376-eng.pdf?ua=1.

[2] Peter Gowan, “Coronavirus Calls for an Emergency Rent Freeze and Eviction Moratorium,” Jacobin (12 March 2020), disponible en: https://www.jacobinmag.com/2020/03/coronavirus-housing-security-rent-freeze-eviction; Bryant Harris, “Intel: House Democrats ask whether Israel violating US aid restrictions,” al-monitor (16 March 2020), disponible en: https://www.al-monitor.com/pulse/originals/2020/03/intel-house-democrats-israel-aid-fight-palestinian-west-bank.html#ixzz6Gyct7iWO; Heather Stewart, “Labour calls for ban on evictions of tenants affected by Covid-19,” The Guardian (16 Marzo 2020), disponible en: https://www.theguardian.com/world/2020/mar/16/labour-calls-for-ban-on-evictions-of-tenants-affected-by-covid-19?fbclid=IwAR1TnCMmfPuWlajriZbSJ9_Cj32dNlKLk3956qZYkCA0VR2VuFzBG-MLsTE.

[3]  Por ejemplo, Israel sólo ha distribuido 500 kits de detección de COVID-19 para la población asediada de la Franja de Gaza, con casi 2 millones de habitantes, refugiados de la estrategia de limpieza étnica en Palestina por parte de Israel. “Gaza: uniquely shielded, yet ultra-vulnerable to corona,” France24, disponible en: https://www.france24.com/en/20200320-gaza-uniquely-shielded-yet-ultra-vulnerable-to-corona.

La Cachemira ocupada por India sigue con un apagón informativo mientras el COVID-19 ha afectado a la capital Srinagar. Zulfikar Majid “Coronavirus: Kashmir reports first positive case,” Deccan Herald (18 Marzo 2020), disponible en: https://www.deccanherald.com/national/north-and-central/coronavirus-kashmir-reports-first-positive-case-815096.html.

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