¿Gestión Urbana en la Ciudad de México?

Conclusiones y recomendaciones

  1. A partir de la interacción de las organizaciones sociales, el gobierno y las ONGs a través de las políticas de vivienda y desarrollo urbano se han retomado elementos para el diseño de la política pública referidos al esquema de financiamiento y recuperación de los mismos. Ello se debe fundamentalmente a los condicionantes del modelo económico vigente, a la falta de información y capacitación de las organizaciones sociales y a la limitada interacción entre las organizaciones sociales y las ONGs para potenciar sus perfiles.
  2. En la producción de vivienda no solo el gobierno y las organizaciones sociales que la influyen y la determinan. También quiénes destacan son la iniciativa privada, en su faceta de empresa constructora e inmobiliaria. Las ONGs Hábitat tienen una función relevante tanto en su actividad de asesor técnico, como por su contribución en la capacitación para la organización y la gestión de los proyectos habitacionales. Sin embargo, para el gobierno son un actor que recientemente se le reconoce como tal y para las organizaciones no acaban de comprenderlas y usarlas dentro de su mismo espacio de actuación social.
  3. La legislación mexicana reconoce en sus ordenamientos la participación social para la producción de vivienda no sólo en la esfera de la gestión, sino también en la elaboración de los planes y programas a través de los espacios de consulta diseñados ex profeso. Pero, por un lado, no se aplica la legislación en la materia y, por el otro, lo específico del instrumento se desconoce por parte de las organizaciones sociales.
  4. La política habitacional tiene un manejo preferencial y exclusivo de la información y su aplicación está sujeta a un manejo discrecional de los funcionarios encargados de las instituciones de vivienda.
  5. Con la modificación del papel económico del Estado, en la gestión urbana se modifica también las posibilidades de la gestión social del Hábitat. Ante ello las organizaciones sociales no han logrado adecuarse a este proceso al grado que, hoy sus prácticas se reducen a la tramitación de créditos colectivos e individuales, sin generar las condiciones para incidir en la conformación de proyectos alternativos de políticas de vivienda y urbanas.
  6. La dinámica de gestión ha llevado a las organizaciones a ser menos reproductoras de prácticas sociales autogestivas, cada vez es menor frecuente la socialización de la experiencia no sólo entre los miembros de las mismas organizaciones, sino también entre ellas mismas.
  7. Los tiempos político – electorales son un factor en la operación de las instituciones de vivienda, pues los créditos se usan para fortalecer o desmovilizar opciones electorales.
  8. En la actualidad existen una diversidad de prácticas organizativas para la gestión social que son el algún sentido continuidad de las experiencias generadas en el pasado, sin embargo, al no estar sistematizadas con frecuencia se incurre en los mismos procedimientos que han demostrado limitaciones técnicas y organizativas.
  9. Las organizaciones sociales, al tener garantizada su reproducción a partir de la promoción permanente de grupos solicitantes de vivienda, tienen una composición variable dada la dinámica de integración – desintegración que caracteriza a estos grupos. Ello les permite un cierto margen de maniobra para sostener fuerza social para la negociación y movilización.
  10. A partir de las actividades de información y difusión promovidas en torno a la Segunda Conferencia Mundial sobre Asentamientos Humanos, Hábitat II, las Organizaciones Sociales reconocen en las ONGs el amplio grado de conocimiento y elaboración con que cuentan. Sin embargo, la sociedad mexicana poco conoce del proceso hacia el Hábitat II. ¿Será que las organizaciones sociales sólo en algunos momentos atienden los espacios de información y reflexión de la problemática del Hábitat?.

Recomendaciones

  1. El diseño de los planes y programas públicos debe formularse con el consenso de la población y no como hasta ahora, donde se convoca a la participación de Foros de Consulta para finalmente, imponer el criterio que previamente se había manifestado. El Gobierno, las organizaciones sociales y las ONGs deben fomentar la creación de espacios para la construcción de consensos en la planeación de la ciudad. El diseño de los planes y programas deben responder a las posibilidades especiales, a las potencialidades organizativas de las comunidades urbanas, a las condiciones objetivas de nivel de ingreso, a la estabilidad laboral y a las condiciones geográficas y culturales.
  2. Las organizaciones sociales y las ONGs deben contribuir conjuntamente en adecuar, matizar o modificar el concepto de “facilitación” y sus implicaciones operativas en la producción de vivienda, ya que hasta ahora se ha traducido por parte de las autoridades, en una forma de privilegiar la participación de la iniciativa privada.
  3. La participación efectiva de las organizaciones sociales en la definición de los planes y programas requerirá, de las mismas, mayores niveles de información y capacitación para el mejoramiento del hábitat popular.
  4. El gobierno debe hacer operativo otras líneas de crédito como son los lotes con servicios, introducción de servicios, pie de casa, vivienda mejorada, vivienda en arrendamiento, vivienda progresiva, que por cierto se encuentran normadas, y no como hasta ahora donde prácticamente solo opera la línea de crédito para vivienda terminada.
  5. El Fondo Nacional de Habitaciones Populares (FONHAPO) y otros organismos de vivienda deben informar con suficiencia y oportunamente a los grupos de solicitantes de procedimientos, las normas y los tiempos para la gestión de créditos.
  6. Las ONGs deben preparar y experimentar otros caminos para el diseño, construcción y producción de vivienda, además de fomentar las tareas de sistematización en cada grupo u organización.
  7. Las ONGs hoy son prácticamente un actor (re)conocido, por lo que éstas se deben proponer una estrategia de actuación ante las políticas de gobierno de tal forma que tiendan a incidir en modificaciones substanciales.
  8. Las organizaciones sociales deben realizar procesos permanentes de socialización de la experiencia de gestión para fortalecer su democracia interna. Asimismo, deben actualizar la reflexión en torno a su contribución en el mejoramiento del hábitat popular.

Declaración del Encuentro Internacional por Ciudades Igualitarias

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En el marco del U20, organizaciones sociales, movimientos populares, redes de la sociedad civil, integrantes de la academia y autoridades locales comprometidas con la igualdad, los derechos humanos y la sustentabilidad se reunieron en Buenos Aires para proponer un compromiso común por Ciudades Igualitarias.

A un año de los sismos: el proyecto de Reconstrucción Integral y Social del Hábitat en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca

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El 7 de septiembre de 2017 un sismo con magnitud de 8.2 con epicentro en Chiapas, afectó gravemente comunidades de ese estado, así como de Oaxaca. En el segundo caso, los principales daños ocurrieron en el Istmo de Tehuantepec, Ixtaltepec, Juchitan, Ixtepec y muchas de las comunidades Binnizá (Zapotecas) e Ikoot (Huaves) fueron seriamente afectadas. El 23 de septiembre del mismo año, un nuevo sismo de magnitud 6.3 con epicentro en Ixtepec agravó el problema.