Israel lleva a cabo una descarnada ofensiva militar en Gaza mientras el Tribunal Internacional de La Haya concluye hoy su dictamen sobre el “Muro del Apartheid”

“Frente a un proyecto permanentemente actualizado de aniquilación sistemática de todo un pueblo y de su sociedad en su propia tierra que se quiere “judaizada”, ¿cómo seguir evocando la paz sin atributos en los medios de la solidaridad internacional con Palestina cuando precisamente ha sido la instrumentalización de su discurso y su falsa aplicación interesada lo que ha llevado a la debilidad máxima del movimiento nacional palestino y al fortalecimiento del proyecto sionista en Palestina?”…

El Tribunal Internacional de La Haya emitirá hoy su fallo sobre el muro físico de separación [1] que Israel está poniendo en pie en Palestina, como si hiciera falta obtener ningún dictamen de ninguna instancia para legitimar la oposición palestina e internacional a este nuevo proyecto racista del sionismo, o como si Israel fuese a paralizar su construcción de emitir el Tribunal un fallo negativo sobre su construcción. Paralelamente, el feje de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Muhammad al-Baradai recibía ayer, la arrogante negativa de Sharon a discutir en ningún término la capacidad nuclear del Estado de Israel (la quinta potencia nuclear del mundo). Y mientras tanto, el ejército de ocupación israelí está llevando acabo sin apenas repercusión en los ámbitos políticos y mediáticos y desde el pasado 24 de junio una nueva y descarnada ofensiva militar en la totalidad de la Franja de Gaza y en buena parte de las ciudades de Cisjordania contra la resistencia y contra el pueblo palestino.

En la ciudad de Bait Hanun, al norte de la Franja de Gaza, solo en las primeras horas de la madrugada de ayer, jueves, 8 de junio la ofensiva israelí había causado ya las primeras siete víctimas mortales palestinas del día, incluida una mujer [2]. Con ellas, el total de muertes palestinas en esta ciudad desde el principio de la ofensiva asciende a 13, incluidos tres niños. Además, solo en la madrugada del mismo día decenas de palestinos fueron heridos de diversa consideración como consecuencia de los ataques armados de unidades del ejército de ocupación y al menos 1400 dunums de tierra agrícola fueron devastados. Igualmente, 30 casas palestinas fueron intencionadamente destruidas totalmente y otras 10 severamente dañadas por los buldózeres israelíes en el campamento de refugiados de Jan Yunis, al sur de la Franja. En la operación, las balas israelíes hirieron a otros cuatro palestinos, entre ellos un niño.

Ofensiva contra Beit Hanun

A la 1.30 de la madrugada, del 8 de junio una unidad de infantería israelí desplegada junto a otros efectivos israelíes en la ciudad de Beit Hanun al norte de Gaza se dirigió hacia la vivienda de Nahed Abdul Rahman Abu Uda, de 44 años, quien fue abatido por disparos israelíes reteniendo los soldados su cadáver en una ambulancia sin permitir su salida de la ciudad. Pocas horas después, otros cuatro palestinos fueron atacados por otra unidad de infantería tras desplegarse ésta en el único punto de acceso y salida dejado a los habitantes de la ciudad en las últimas semanas. Las tropas cercaron varias viviendas y después de varias horas abrieron fuego contra un grupo de cuatro palestinos que eran miembros de la organización palestina Fatah. Uno consiguió escapar, los otros tres fueron asesinados (Naser al-Din Mohammed Abu Harbid, de 38 años; Zaher Raj Abu Harbid, de 31, y Na’im Mubah al-Kafarna, de 41). Ul palestino que trató de asistir a las víctimas, Yousef Ahmed Musa al-Za’nin, de 52 años, fue inmediatamente disparado en la cabeza por los efectivos israelíes e igualmente asesinado. Una hora más tarde, un grupo de combatientes de la resistencia palestina mantuvo un enfrentamiento directo con las tropas de ocupación. Hamed Ahmed Abdul Asis Abu Uda, de 24 años murió en los enfrentamientos.

En otra acción, y en el curso de un intenso bombardeo llevado a cabo por el ejército israelí en la ciudad, Wafa, de 13 años resultó gravemente herida. Su madre, Yamila Abdul Hadi Hamad, de 44 años fue directamente asesinada por el impacto de varias balas en su cuerpo en las proximidades de su casa. Con ella son ya 3.172 las bajas mortales palestinas desde que comenzase la Intifada en 2000 y con ella la represión brutal del ejército israelí.

En Cisjordania, las incursiones del ejército sionista apoyados por carros de combate y helicópteros de combate se han extendido con bombardeos nuevamente en Yenín (30 tanques), Nablus (15 vehículos militares) y Qalqilia (otros 15).

Antes estos hechos, cotidianamente repetidos por los informes de las organizaciones palestinas desde hace más de tres años, cabe preguntarse qué validez cabe esperar de un dictamen que una institución judicial internacional como La Haya pueda hacer al respecto de la legalidad del muro de la separación en Cisjordania e igualmente qué eficacia pueda tener para movilizar a la comunidad internacional contra Israel. El muro, plasmación física y atroz de la colonización sionista en Palestina, de la desestructuración de su sociedad y de la aniquilación progresiva de su pueblo, no es sino una faceta más de las tácticas multifacéticas de las que se sirve la planificación sionista para consolidar su proyecto de dominación en Palestina con el consentimiento implícito internacional (caso de la UE y de NNUU) o explícito (de EEUU). El secretario general de NNUU Kofi Annan expresaba en términos palmarios las limitaciones y la falta de compromiso por parte de esa comunidad internacional para frenar a Israel:

“[…] Naciones Unidas no puede hacer nada para ayudar a los palestinos. No tengo un ejército. No puedo aplicar las resoluciones de Naciones Unidas en lo que respecta a Israel. Emitimos declaraciones de condena pero no podemos ir mucho más allá de eso” [3].

Estas declaraciones expresan la capacidad y el compromiso de la comunidad internacional para intervenir en Palestina: nulos. Dando la espalda a la realidad trágica que asola al pueblo palestino y a su mantenida lucha nacional, la comunidad internacional oficial sigue reiterativa y parsimoniosamente convocando al referente de la Hoja de Ruta. Una iniciativa que nació muerta pues no fue sino el fruto de una nueva venta fraudulenta diplomática y mediática que la Administración Bush e Israel vendieron a NNUU, a Rusia, y a la UE y que éstos compraron gustosamente, al igual que los regímenes árabes, para lavar la cara, unos y otros, de su inacción mientras EEUU ultimaba la máxima aspiración de su política exterior en Oriente Medio -doblegar a Iraq por la fuerza militar y la ocupación- e Israel aprovechaba la coyuntura para provocar la ofensiva definitiva que sigue aplicando contra Palestina.

La propaganda política y mediática sobre Palestina sigue poniendo el acento en lo que conviene al sionismo y a Israel: en la “seguridad” israelí y en el “terrorismo” palestino. La realidad sobre el terreno ha dejado claro hace muchos años ya que los términos están interesadamente invertidos y que es la in-seguridad de Palestina y de lo palestino -tierra, pueblo y proyecto nacional- lo que está en juego por el terrorismo de Estado que ejerce impunemente el sionismo israelí. Esta percepción es común en la mayoría del pueblo palestino tanto del interior como de la diáspora, e igualmente en amplios sectores de las sociedades árabes. Frente a un proyecto permanentemente actualizado de aniquilación sistemática de todo un pueblo y de su sociedad en su propia tierra que se quiere judaizada, ¿qué cabe esperar que hagan los palestinos cuando además su clase dirigente ha quedado agazapada entre el dictado estadounidense e israelí y la traición a las reivindicaciones históricas palestinas?, ¿cómo seguir evocando la paz sin atributos en los medios de la solidaridad internacional con Palestina cuando precisamente ha sido la instrumentalización de su discurso y su aplicación interesada lo que ha llevado a la debilidad máxima y a la fragmentación del movimiento nacional palestino y al fortalecimiento del proyecto sionista en Palestina? ¿Con qué argumentos políticos y con qué autoridad moral se puede seguir reclamando entonces a la población palestina y a su resistencia armada que afronten el combate de su desposesión y aniquilamiento frente a la maquinaria sionista por medios “pacíficos”?, ¿Qué interés puede tener para el pueblo palestino que el Tribunal de La Haya falle en contra del muro cuando su dictamen no tendrá ningún efecto palpable para la vida cotidiana palestina?

Notas:

1. Véase en CSCAweb: ¿Qué significa el Muro del Apartheid?: comunicado del CSCA como motivo del ‘Día Internacional contra el Muro del Apartheid’ | Ibrahim Alloush: ‘El Muro de la separación: ¿racismo u ocupación?’

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