Plaza Taksim: protestas en Estambul por el Derecho a la Ciudad


Fuente: tumblr #OccupyGezi.

En los últimos días, he intentado acompañar la cobertura de los medios de comunicación
sobre las protestas que están ocurriendo en Estambul, Turquía. En general, desafortunadamente,
las noticias no señalan las verdaderas causas de la manifestación. Se refieren
a una protesta ambientalista contra la demolición de un parque y de sus árboles
históricos; o contra la corrupción de la industria de la construcción civil,
como leí en el portal de un importante periódico inglés; o, incluso, como han
enfatizado la prensa europea y norteamericana, contra la radicalización de la
islamización del país, con la adopción de medidas como la prohibición de venta
de bebidas alcohólicas y besos en público.

El día 27
de mayo, de hecho, decenas de personas ocuparon el Parque Gezi, que forma parte
de la Plaza Taksim, la mayor área pública de ese tipo en el país, en protesta
contra la demolición del parque y la construcción de un shopping center en el lugar. Desde que fue anunciado, el proyecto ha
sido cuestionado por varios sectores de la población contrarios a su
implementación. Ante la ausencia de canales de diálogo, y frente a la inminente
demolición del parque, no hubo otra salida más que la resistencia en el propio
lugar, con acampadas y protestas. La desmedida represión policial no sólo hizo
crecer la manifestación (al día siguiente, millares de personas se sumaron a
ella) sino que también llamó la atención internacional sobre la situación. La
mañana del día 30 la policía actuó nuevamente, prendiendo fuego a las tiendas
de campaña de los manifestantes y lanzando gas lacrimógeno y gas pimienta sobre
ellos. Varias personas fueron heridas y, hasta donde se sabe, dos murieron.

En
realidad, la transformación de la Plaza Taksim fue la gota de agua de una serie
de proyectos adoptados por el gobierno de Estambul que han transformado
radicalmente el tejido socio-territorial de la ciudad y contra los cuales la
población ha resistido. Particularmente grave, por ejemplo, ha sido el Sulukule,
un proyecto de renovación urbana que desplazó habitantes tradicionales de las
áreas centrales hacia las periferias, además de una serie de privatizaciones de
espacios públicos en una ciudad que tradicionalmente vive en sus calles. Contra
ese proceso, desde 2005 un movimiento por el derecho a la ciudad -inicialmente
construido por profesionales ligados a la temática urbana y personas afectadas
por las demoliciones-fue ganando apoyo y momentum
hasta que en mayo explotó la ocupación de la Plaza Taksim.

Lo que
estamos viendo es, por lo tanto, una gran manifestación por el derecho a la
ciudad. Sin embargo, después de la fuerte represión policial las protestas se
transformaron en más que eso… se volvieron también una manifestación por la
libertad de expresión y contra las violaciones a los derechos humanos. Aún no
se sabe cómo se resolverá el conflicto –esperamos que el gobierno abra
urgentemente canales de diálogo con los manifestantes. Pero el hecho es que queda
cada vez más claro que el modelo de desarrollo urbano volcado fundamentalmente
a abrir espacios para las inversiones inmobiliarias -con sus vastas conexiones
con los circuitos financieros internacionales- está siendo cuestionado en todo
el mundo.

* Versión
original en portugués disponible aquí.

Traducción
del portugués:

Lorena
Zárate, Habitat International Coalition (HIC)
hic-net.org