Más de un quinto de la población mundial vive en condiciones muy precarias o se encuentran completamente sin hogar. El número global de habitantes viviendo en asentamientos informales aumentaría en cinco veces, alcanzando un millón, más allá de lo proyectado por los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Las políticas públicas en el mundo globalizado crecientemente han reducido la vivienda a una objeto- mercancía: se miden los asentamientos humanos en términos de negocios, dejando a millones de familias empobrecidas, sin ninguna opción. La mayoría de los Estados y gobiernos no son capaces de contener el resultado de la crisis urbana y garantizar el derecho humano a la vivienda a los ciudadanos. Si no se realizan cambios serios en la dirección de la política en cuanto al desarrollo rural y urbano, nuevos tugurios nacerán y la vidas de los habitantes de los actuales asentamientos precarios se deteriorará aun más.
Las familias a todo lo ancho del planeta, especialmente en los países más pobres, son forzadas a usar sus propios activos para auto producir sus asentamientos, viviendas e infraestructuras, sin ningún apoyo y a pesar de la miríada económica y los obstáculos institucionales. En los países más al sur, el
La producción social del hábitat (concepto desarrollado en América Latina) incluye tanto el proceso como el producto que surgen de las iniciativas colectivas de las personas para la construcción de su propio hábitat: viviendas, villas, vecindarios e inclusive grandes partes de las ciudades. Mediante un proceso de producción social, las personas afectadas diseñan, planean, implementan y mantienes sus espacios de vidas y los componentes urbanos, creando soluciones a los problemas que surgen de sus condiciones de vida.
La producción social es un proceso que está centrado en las personas, a través de varias modalidades de auto gestión, que van desde la producción individual espontánea, a la producción colectiva con altos niveles organizacionales y complejidad en la producción, negociación, amplia participación y administración. Usualmente involucra una empresa colectiva entre las comunidades y los gobiernos locales, algunas veces también con el sector privado. Su objeto no es lucrativo, sino la solución práctica de un problema y, así, de este modo, realizar el derecho humano consistente con los principios de dignidad humana, responsabilidad estatal y justicia.
La producción centrada en las personas y el manejo de la vivienda y los asentamientos humanos sucede en las esferas rural y urbana. Se aplica y construye un capital social localmente y presenta control social de las prioridades fijadas, planeamiento, construcción, distribución y uso de la tierra, viviendas y vecindarios. La producción de la vivienda basada en la comunidad significa la acción colectiva para satisfacer las necesidades humanas considera la vivienda y el hábitat como la culminación del proceso y no sólo como un producto material, como un resultado orgánico social y cultural y no como un objeto de cambio; como el actual producto en la asociación del trabajo, tiempo, experiencias, materiales y fondos para todos los depositarios.
La Coalición Internacional de Hábitat (HIC), ha recopilado experiencias de las comunidades, la producción social de la vivienda en todas las regiones, con el fin de desarrollar una base de datos experimental y los mecanismos de información para el intercambio de estrategias y habilidades. Cada región da surgimiento a diversos y específicos ejemplos de luchas y esfuerzos que enfatizan distintas circunstancias y prioridades para construir un medio de vida centrado en las personas.
Las experiencias de Latinoamérica enfatizan las estrategias para asegurar el apoyo del Estado y accesos a los recursos financieros de la producción basada en la comunidad y el manejo de la vivienda y otros componentes del hábitat que están bajo el control de organizaciones y empresas sociales. Movimientos sociales organizados en muchas ciudades asiáticas deben concentrar sus luchas en la defensa contra las evicciones masivas impuestas por la modernización y los intereses de los bienes raíces. Los grupos sociales participan activamente en la introducción y el manejo de los servicios humanos básicos y el mejoramiento del medio ambiente en las ciudades de África. Las experiencias del Medio Oriente/Norte de África envuelven diversas luchas, que fluctúan desde las comunidades pobres buscando la inclusión y el acceso a la tierra y los servicios públicos, defenderse contra la desposesión territorial y la transferencia de población. Los casos europeos se dirigen a la lucha contra la perdida y la privatización de las viviendas sociales y a favor de un manejo urbano democrático y sustentable. En medio de esta diversidad, temas análogos y el surgimiento de estrategias, revelan un rico ingenio local y líneas guías prácticas que pueden ayudar a todas las partes a acelerar el proceso de aprendizaje y evadir los errores costosos.
La documentación de casos sobre producción y gestión social del hábitat es el testimonio de la lucha social, contra la marginalización social y la segregación urbana. Algunos han resultado en innovaciones constructivas y transformación de política. Ellos buscan equidad en el acceso a los bienes y servicios producidos por la sociedad, construcción de capacidades en negociación y habilidad técnica y organizacional, mayor participación pública y responsabilidades para el desarrollo de la comunidad y el ejercicio de los derechos y libertades en la vida diaria de los ciudadanos.
Este proceso de HIC provee una plataforma para compartir experiencias entre las regiones y para difundir las lecciones aprendidas y las propuestas para incrementar la capacidad de las personas de solucionar los problemas. Algunas ideas claves que han surgido:
- Las experiencias no son sólo luchas de resistencia; ellas demuestran claras posibilidades de poder ir de la marginalización social a la ciudadanía.
- Los grupos sociales están guiando experiencias innovadoras y de auto manejo, consignando el objetivo complejo de satisfacer sus necesidades, con un acercamiento integrado de la administración de sus procesos productivo, cultural y de vida comunitaria.
- Las múltiples modalidades productivas van desde el mejoramiento y la expansión de la vivienda existente, la producción de viviendas nuevas, a la mejora de los vecindarios y la producción y manejo de grandes complejos urbanos.
- Entrenamiento en auto manejo, responsabilidades participativas, organización, y una activa solidaridad entre los habitantes -que contribuye a fortalecer la comunidad y las prácticas democráticas, economías locales e individuales, trabajo y modo de vida, la auto estima de los participantes y una coexistencia social más vigorosa.
Algunas de las lecciones aprendidas del aunamiento de las experiencias incluyen:
- las personas tienen suficiente experiencia y energía para construir sus medios de vida, pero requiere políticas para apoyar y fortalecer sus iniciativas y capital social;
- las políticas pueden aplicar el existente capital social, pero también deben llevar a la acumulación del capital social para el desarrollo de la comunidad a que concierne;
- el equipo técnico posee unos lineamientos prácticos y métodos de formulación de política pública, programas y planes, basados en la necesidad y experiencias de los habitantes, y no sólo en los intereses de las compañías;
- las organizaciones sociales y los equipos técnicos han implementado "juegos de herramientas” y capacidades para ser considerados por los diseñadores de la política.
La respuesta de la gente para mejorar el hábitat absuelve al Estado de sus obligaciones hacia los ciudadanos y residentes. Los gobiernos mantienen el deber de refrenar las evicciones forzadas, confiscaciones y represión de los defensores de derechos humanos, discriminación, corrupción, retención de los servicios y otras violaciones. Los compromisos internacionales ratifican el derecho a la vivienda adecuada y a la tierra. A través de una concienzuda aplicación sólo en raros casos, esas obligaciones largamente establecidas y los instrumentos de guías para los Estados y la sociedad se mantienen como una fuente y referencia que debe ser aplicada a todos los aspectos del desarrollo.
Las recomendaciones instan a una efectiva y eficiente transformación hacia el entendimiento y el fortalecimiento del proceso de las personas al acceso y provisión de tierras y techo mediante:
- El entendimiento que sustenta el procesos de las personas en la tierra, vivienda y el desarrollo del hábitat/asentamientos, en las áreas urbanas y rurales, y cuales son las fuerzas, tanto externa e interna, que lo fortalecen o debilitan;
- pensar en vías alternativas para desarrollar las ciudades, involucrando una perspectiva inversa en el desarrollo de la ciudades sin destruir el medio de vida, bienes y asentamiento de los pobres, y desorganizan la economía informal de la cuidad;
- articulación y apoyo de los procesos populares en términos de políticas y acciones tanto para el gobierno y las organizaciones no gubernamentales;
- diseños más flexibles, conocimiento de base y servicios basados en políticas de vivienda y lograr el objetivo de realizar el derecho humano a la vivienda adecuada y el uso equitativo de la tierra.