Su pronunciamiento el pasado sábado en el enlace
ciudadano 403, reafirma la decisión de despojar
a la CONAIE de su casa. Una vez más, escuchamos con atención de como
su gobierno se ha referido a nosotros los pueblos y Nacionalidades
indígenas, de forma displicente y humillante, construyendo un relato falso
respecto de lo que Usted
cree que somos.
Se refirió múltiples
veces a lo que la CONAIE dijo o hizo, sin jamás citar las palabras de nuestros
dirigentes elegidos en congresos donde participamos nunca menos de cinco mil delegados. Victimizándose, mencionó pronunciamientos
en su contra, que jamás fueron emitidos por nuestra dirigencia. Hizo lo que han
hecho en toda nuestra historia y por lo cual seguimos luchando contra la
colonialidad y el racismo que atraviesa a la sociedad ecuatoriana: Usted
le dio hablando a los pueblos indígenas,
usurpando nuestra palabra, y creando con todas las herramientas que tiene el poder, una caricatura de lo que usted cree que es el movimiento indígena.
No le respondemos en los mismos términos
porque la dignidad de quienes resistimos por siglos nos ha enseñado que las
palabras claras son más sabias que las contestaciones rudas y absurdas.
Este Estado, esta
“revolución” como usted le llama, no es ni va a ser lo que quisimos como proyecto histórico para el Ecuador. Y aunque intente negar y deslegitimar a las voces que
sistemáticamente planteamos esas contradicciones, dejarnos sin techo, acusarnos de ser de derecha, individualizar nuestras palabras colectivas… esos son los límites de
la revolución que no fue, y que profundiza
su fracaso en cada enfrentamiento con el campo popular al que tanto teme.
Por eso, frente a los argumentos que
esgrime para fundamentar el derecho del Estado para despojar a la CONAIE de su casa, decimos lo siguiente:
Primero, no
reclamamos este inmueble como derecho ancestral– por el cual se reconoce la preexistencia de nuestros pueblos al Estado y por lo tanto nuestros derechos colectivos, el derecho
al territorio, a la autodeterminación, etc.-, sino como reparación histórica, que es una reclamación política, y que reivindica que la economía
del Estado Nación fue erigida sobre la fuerza del trabajo esclavo y explotado
de nosotros los pueblos indígenas, despojados de nuestras tierras, de
nuestros nombres, de nuestras vidas durante siglos.
Y que para construir una sociedad de
carácter plurinacional e intercultural, esa historia debe ser reconocida y
reparada, al igual que la de todos los pueblos del mundo que han sufrido el sojuzgamiento
y el genocidio como nosotros. Sin embargo, los pueblos y nacionalidades indígenas no queremos paternalismos. Lo hemos
planteado así desde que en 1990 salimos a la escena política para
denunciar el Estado Colonial y dijimos “nada sólo para los indios”.
Seremos libres cuando la sociedad
ecuatoriana sea justa e igualitaria para todos los pueblos, trabajadores del
campo y laciudad.
Usted reclama que
“por ponernos poncho” pretendemos estar sobre la ley, que somos iguales, somos
libres y debemos ser fraternos. Pues le recordamos que las ideas liberales de
la igualdad, la libertad y la fraternidad parten de una
ficción: la libertad y la igualdad ante la ley entre quienes vivimos en la
desigualdad en términos económicos, sociales, raciales, culturales y de género;
presentada como universal pero que está contrastada con la subordinación
social,política y económica en la que permanecen las mujeres,
los pueblos indígenas, los trabajadores explotados,
etc. Los ideales del liberalismo como Usted los plantea son la base de la
sociedad uninacional y capitalista, que cuestionamos con la propuesta
del Estado Plurinacional.
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