ya llevaron a cabo los indígenas en el Chaco y en Asunción frente al local de
la empresa. / ABC Color
La referida
organización, con sede en Nueva York, considera que tal y como ordenó la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, el Estado paraguayo debe adoptar todas las
medidas necesarias para entregar física y formalmente a los miembros de la
comunidad Sawhoyamaxa sus tierras tradicionales.
La decisión de
dicha Corte Interamericana confirmó que la restitución de las tierras es
esencial para terminar con las violaciones de los derechos humanos de estos
indígenas, que incluyen los derechos básicos a la vida y la propiedad, la
salud, el agua y los alimentos, entre otros.
“Queremos
expresar nuestra preocupación por la omisión por parte del Gobierno de Paraguay
de aplicar la decisión de la Corte y poner fin a un conflicto que ha causado
serias violaciones de los derechos humanos”, aseguró Chris Grove, director de
la Red-DESC y firmante de la misiva.
Los nativos piden
14.000 hectáreas que están a nombre de Heribert Roedel.
Asimismo, el abogado de la Comunidad y miembro de la Institución Tierraviva,
Oscar Ayala, sostuvo que “el Congreso tiene la obligación de expropiar, sin
necesidad de mayores deliberaciones, las tierras que deben ser restituidas a
los Sawhoyamaxa, dado el carácter obligatorio para el Paraguay de la sentencia
recaída en el año 2006 ante la Corte IDH en el caso”.
Más de 250
organizaciones e individuos de 68 países diferentes que componen la Red-DESC
han respaldado el envío de la carta.
Modesto Guggiari,
gerente de las estancias pertenecientes al ciudadano alemán Heribert Roedel, en
su momento hizo llegar a nuestro medio una nota en la que denuncia una
“invasión violenta, irracional y criminal”, en referencia al ingreso de los
indígenas enxlet al predio que reivindican como suyo.
Afirmó,
igualmente, que en reiteradas ocasiones negaron el interés en negociar dichas
tierras, que el Estado pretende comprar “a precios irrisorios”. La empresa
también había afirmado que la situación se ha vuelto insostenible, pero que no
van a decaer y mucho menos a renunciar al derecho que tienen sobre la tierras,
que están racionalmente explotadas.
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