“Aqui nos tocó vivir”: las estrategias de los habitantes para quedarse en los centros históricos

En: Audrefoy, Joel (1998). Vivir en los Centros Históricos. Experiencias y luchas de los habitantes para permanecer en los Centros Históricos, Habitat International Coalition, Most, México.

La historia de los centros históricos nos enseña que en varias ciudades tanto las clases altas como las clases más bajas han vivido en los centros históricos en diferentes épocas. Los procesos de segregación urbana se han dado a partir de los años 60-70 según las ciudades cuando el mercado inmobiliario y los gobiernos empezaron una reconquista de los centros históricos que habían abandonado paulatinamente. Tal es el caso de las ciudades de Paris, Venecia, Barcelona, Bruselas, México, y más recientemente de las ciudades de Lima, Buenos Aires y São Paulo. Los habitantes más vulnerables son los inquilinos de bajos recursos, los inmigrantes extranjeros (en Europa), los inmigrantes indígenas en América Latina, las poblaciones étnicas minoritarias (en Asia y Medio Oriente), las familias monoparentales (Europa) y los niños de la calle (América Latina y Asia). Siendo más vulnerables, son las primeras víctimas de los desalojos o de los planes de “Mejoramiento” de los centros históricos.

Encontramos estrategias populares para quedarse en los centros históricos, diferentes según los continentes y sobre todo según las ciudades del Norte o del Sur. Esta diferencia se explica por cuatro motivos: (a) En Europa, el problema de la precariedad de la tenencia no existe al contrario del caso de los países del Sur: los terrenos están ocupados ilegalmente (Asia, Africa y América Latina) o la gente vive en edificios dejados intestados por los antiguos propietarios. Vivir en inmuebles sin propiedad legal implica tener frente a la autoridad estrategias diferentes a las de los inquilinos europeos que arrendan legalmente bienes registrados[1] y que además se benefician (por lo menos en los países de Europa del Norte) de leyes que protejen al inquilino. (b) Los barrios llamados “en dificultades” en las ciudades europeas (que no son necesariamente barrios céntricos) implican problemas inversos a los de las ciudades del sur: en Europa las acciones de los poderes públicos enfatizan la apropiación del barrio por los habitantes por medio de programas de inserción social[2] en particular para las familias de inmigrantes. En las ciudades del Sur, los habitantes tratan de interesar a los poderes públicos en su barrio para el reconocimiento de su existencia legal y de sus derechos a la vivienda y a los servicios[3]. (c) En las ciudades del Sur los votos de los habitantes van principalmente a los dirigentes populares y las prácticas clientelistas tienen un peso importante en el momento de las elecciones locales. En cambio, en los países del Norte, los barrios deteriorados de los centros de las ciudades son los barrios que alojan una alta proporción de poblaciones migrantes que no tienen el derecho a votar. Por ejemplo en el caso de Bruselas Quartier Nord[4], el 60% de la populación no es Belga; en el caso de Courbevoie, Hauts de Seine, Francia[5], el 50% de las familias son extranjeras; en el caso de Lyon, Place du Pont[6], el 36% de la población es originaria de Africa del Norte; en el caso del barrio de Schilderswijk, La Haya, Holanda, el 70% de la población es hoy en día inmigrante. (d) Las poblaciones de los centros históricos son en general más jovenes en los países del Sur que en los países del Norte. Este hecho demográfico va a influir también en el tipo de estrategias de los habitantes.

La expresión “Aquí nos tocó vivir” de los habitantes del centro de la Ciudad de México se completa con la expresión “Aquí nos tocó luchar” puesto que a partir del temblor de 1985, los habitantes se organizaron y pelearon por quedarse en el centro de la ciudad. Cabe mencionar sin embargo, que en la Ciudad de México las organizaciones populares barriales existen desde final de los años 70 (entonces se llamaba Movimiento Popular cuyo primero encuentro nacional tuvó lugar en mayo de 1980). A principios de los 80 se conformó la Coordinadora Inquilinaria del Valle de México que desarrolló una lucha en contra de los desalojos y por una Ley inquilinaria[7]. Sin embargo es a partir de 1985 cuando realmente los habitantes del centro se movilizaron para reconstruir sus viviendas y conseguir apoyos (del Gobierno y de las ONG internaciones)[8]. En este caso el terremoto fue un catalizador para la llamada “sociedad civil” que empezó a raíz de los acontecimientos a crear redes de solidaridad. Esta fue la primera estrategia utilizada por los habitantes: rescatar y ayudar a las víctimas, crear en el mismo lugar donde vivían, albergues para los sin techo. En aquél entonces, el gobierno quería mandar a las víctimas a hospedajes provisionales como escuelas alejadas, pero la gente se rehusaba a salir de su barrio y de su calle. El “Aquí me quedo” fue escuchado varias veces entre los escombros. La solidaridad, como estrategia de resistencia de los habitantes de los centros urbanos, se encuentra tambien en Europa: en el caso del barrio de La Samaritaine, Bruselas, cuando en 1989, la gente amenazada de desalojo por el Bourgmestre, decidió irse a dormir y a vivir en la calle “con todo y chivas” y sus colchones durante tres semanas (se llamó Operación Colchones), muchos habitantes y organizaciones les llevaron apoyo solidario. Casos de solidaridad no faltan y se encuentran un poco en todos los continentes, por ejemplo en un caso de desalojo, cuando la gente de otras comunidades o barrios van inmediatamente al sitio de la demolición y participan en la acción colectiva de resistencia. Tambien, cuando una organización que apoya a los habitantes lanza por correo electrónico un llamado a la solidaridad como fue el caso en 1994 para el desalojo de Shanti Nagar en Bombay. La solidaridad es un valor que hay que preservar sobre todo en el contexto de globalización y de individualización de los habitantes considerados simplemente por los Bancos como sujetos de crédito o no.

Otro grupo de estrategias son las estrategias legales utilizadas en todos los casos en un momento u otro del proceso de resistencia. El diálogo y la negociación con las autoridades locales es la estrategia que más resultados ha ofrecido. En Lima, las organizaciones populares de inquilinos negociaron desde hace más de tres años los montos de incremento de los alquileres con el fin de detener el número de juicios de desalojo lanzados por la Municipalidad y la Sociedad de Beneficiencia principales propietarios de los inmuebles alquilados. En Europa las negociaciones con las autoridades locales giran en torno a la rehabilitación de los inmuebles. Tal es el caso de la manzana Stévin en Bruselas en pleno centro del barrio de las oficinas de la Comunidad Europea[9]. La manzana había sido vendida como parte del proyecto para construir ahí el edificio del Consejo de los Ministros Europeos: los habitantes fueron expropriados, el predio vendido y ni siquiera se hizo el edificio. Al cabo de 13 años de incertidumbres, los habitantes se movilizaron para presentar un proyecto de rehabilitación físico-socio-económico. Emprendieron un proceso de negociación con las autoridades para obtener subvenciones a la renovación y un organismo público de gestión de las viviendas (El Fondo de la Vivienda). El proceso de negociación es un proceso largo, sin embargo da resultados. El hecho que se entabla un proceso de negociación entre los habitantes organizados y las autoridades implica la existencia de un diálogo entre ambas partes. En varios casos el diálogo permite resolver conflictos. Tal es el caso en Madrid[10]: a partir de 1989 en el Casco Antiguo, ante la degradación de los edificios, se produjeron numerosas declaraciones de ruina sin dar alternativas de realojo. Los afectados, en conflicto con los propietarios, empezaron a organizarse hasta conseguir la intervención pública. También consiguieron gracias a la movilización y presión del movimiento vecinal – un movimiento con una larga tradición y experiencia – una rehabilitación integral del Casco Antiguo con y para los vecinos. La negociación y propuesta de soluciones por parte de las asociaciones de vecinos hizo asegurar el realojo de los habitantes de los edificios declarados en ruina en el proceso de rehabilitación. Se llevó a cabo una doble estrategia: la defensa política y administrativa de cada edificio y la defensa del Casco Histórico como pieza clave y simbólica de la ciudad. El lema utilizado fue: “por la rehabilitación del casco antiguo, ningún desalojo sin realojo”.

Otra estrategia legal utilizada es la propuesta de cambios en las políticas y leyes. En Buenos Aires[11], al cabo de la interlocución del MOI (Movimiento de Ocupantes e Inquilinos) con distintos ámbitos del ejecutivo, se logró la creación de un Programa de Desarrollo Local que deberá funcionar bajo el control de la Secretaría de Promoción Social para los habitantes de los edificios tomados y propiedades del Gobierno de la Ciudad. En la Vela de Coro, Venezuela[12], al cabo de un largo proceso de negociación de 11 años, los habitantes, en peligro de ser expropiados por el paso de una avenida, lograron cambiar la política de renovación de la ciudad y lograron que la Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación declarara en 1984 el centro zona de interés histórico y tradicional de área del Puerto de la Vela de Coro.

Es también la estrategia adoptada con mucha cautela por las organizaciones de habitantes del barrio del siglo XIX llamado Prenzlauer Berg en Berlín[13]: Tratan de cambiar la política de renovación del Senado de Berlín, logrando un equilibrio entre los intereses de los inversionistas privados, necesarios para el financiamiento de la renovación urbana en los barrios históricos y los objetivos sociales enfocados a la protección de los inquilinos.

Encontramos el uso de la legislación internacional en materia de derecho a la vivienda más en las ciudades de los países de Africa y América Latina: en Buenos Aires, el caso de erradicación de la Villa 31[14], un barrio precario de 13.000 habitantes para dejar el paso a una autopista y liberar el espacio para el desarrollo del “proyecto Retiro” fue denunciado a nivel internacional gracias a la acción de SEDECA[15]. El Comité de Derechos Econonómicos, Sociales y Culturales de la Naciones Unidas (ECOSOC) fue informado de los hechos por el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. En Lusaka, Zambia[16], la organización que defiende y apoya a los habitantes desalojados de New Kanyama[17] hizo denuncias a nivel internacional a través de la red de la Coalición Internacional para el Hábitat (HIC) y COHRE. Pero todavía no se sabe si hubo algunas reacciones de los organismos de las Naciones Unidas hacia el Gobierno. En Durban[18], Africa del Sur la Organización para los Derechos Cívicos (Organisation of Civic Rights, OCR), contactó al grupo de presión internacional COHRE informando de las tentativas de desalojo de los 8000 habitantes de las calles. También la organización OCR mencionó la Resolución de ECOSOC hecha en 1993 sobre los desalojos forzosos en sus reportes al gobierno. Las autoridades locales se comprometieron a encontrar una solución para los habitantes de las calles.

Antes de llegar a utilizar estrategias legales, las organizaciones de habitantes utilizan a veces estrategias que llamamos “ilegales” tales como ocupaciones de predios o edificios de vivienda y confrontaciones (a veces violentas) con las fuerzas policiacas. En general este tipo de estrategia está destinado a llamar la atención de las autoridades (y de la prensa) sobre un problema específico. Es una estrategia que se da de manera masiva en los países del Sur. En Europa este tipo de estrategia se encuentra en ciertos casos puntuales: en Italia (Casos de Florencia con el Movimento di lotta per la casa y Roma[19] en 1990 con la Cooperativa Vivere 2000), en Francia (caso de la rue du Dragon, París en 1995 con el Comité des Mal Logés), en Berlín, después de la caída del muro (en los barrios Kreutzberg, Prenzlauerberg y Friedrichschein en 1990), en Hamburgo en los años 70′ en la Hafenstrasse. En los países del Sur encontramos casos de invasiones de terrenos, generalmente son predios baldíos localizados en el centro (Managua) o calles (Durban); o en zonas cercanas al centro (Nairobi, Lusaka) y que tienen un alto valor comercial. Las familias han ocupado estos predios por su cercanía a su lugar de trabajo, no tienen escrituras o contrato de arrendamiento que presentar al gobierno local en caso de amenaza de desalojo. La lucha es desigual puesto que estas poblaciones no tienen ni la capacidad, ni los apoyos requeridos para poder negociar su estatus de ocupación con los gobiernos locales. Generalmente son poblaciones que trabajan en el sector informal, vendiendo en la calle y tienen un muy bajo nivel de escolaridad. En los casos encontrados el nivel de organización social es debíl. Otros casos de ocupaciones, son las ocupaciones de edificios históricos por parte de grupos indígenas en el centro de la Ciudad de México; las ocupaciones de cortiços en Sao Paulo o de los conventillos en Buenos Aires. En estos úlimos casos el nivel de organización social es más alto y los ocupantes llegan con éxito a emprender negociaciones con las autoridades.

La útima famila de estrategias de los habitantes son las estrategias preventivas tales como la creación o consolidación de organizaciones sociales (ver las fichas siguientes: los habitantes de Ban Khrua en Bangkok, la Asamblea de Barrios en México, el MOI en Buenos Aires, la Unión de Movimiento de Moradia en Sao Paulo, la Coordinadora Vecinal por la Renovación urbana, Destugurización y Defensa de los Inquilinos en Lima). Las acciones (luchas y acciones de masa) emprendidas por las organizaciones tienen por objetivo dar a conocer su problématica a la opinion pública y hacer presión sobre los gobiernos locales. También algunas organizaciones gestionan apoyos con partidos políticos (México, Sao Paulo, Montevideo). Este tipo de estrategias se encuentran sobre todo en América Latina.




[1] Los casos de ocupaciones ilegales de edificios en Europa no son masivos (30-40 familias maximo) y no son representativos de la problemática europea en los centros historicos. Ver abajo los casos de Roma y Florencia en Italia y los casos de Paris, Francia.

[2] En Francia estos programas se llaman: Desarrollo Social de Barrio (DSQ).

[3] Ver: Pascal Percq, Groupe de Salvador, Les habitants aménageurs, Editions de l’Aube, 1994.

[4] Ver ficha a continuación: Bruselas, Capital de Europa: Y los habitantes?, Riso Bruxelles, Marie Thérèse Vandermeersche.

[5] Ver ficha : Structure d’aide aux expulsés, aux demandeurs de logement et prévention des expulsions, CGL, Patricia Millon, in: Estrategias populares en los centros históricos, HIC/H&P/Unione Inquilini, Vol.2, Padova, 1998.

[6] Ver ficha: Lyon, Place du Pont: De la renovación a la recalificación?, ALPIL-EUROPIL, DSU, Comité des habitants.

[7] Ver ficha: La lucha de la Asamblea de Barrios en el Centro de la Ciudad de México, Raúl Bautista González.

[8] Para más información de primera mano sobre las organizaciones populares en la Ciudad de México, vease la revista Pueblo de 1977 a 1991 y diversas publicaciones del Equipo Pueblo tales como la serie titulada: Historias del Movimiento Urbano. Ver también la revista publicada por COPEVI, Dinámica Habitacional, de octubre de 1966 hasta 1985.

[9] Ver ficha: El proyecto de la manzana Stévin, Bruselas: entrada alegre de un hábitat solidario en el tercer milenio. CLASSE 1, Grace Faes.

[10] Ver ficha: Modelos de rehabilitación como consecuencia de la defensa del Casco Antiguo de Madrid y de sus residentes, Plataforma Habitat España / Asociación de Vecinos de la Corrala, Eduardo Gutierrez Sánchez.

[11] Ver ficha: Cooperativa “Perú”: de la toma de un inmueble de propiedad municipal al impulso de un proyecto de desarrollo local en Buenos Aires, Néstor Jeifetz, María Carla Rodríguez, MOI.

[12] Ver ficha: La Vela de Coro: Por la defensa del centro histórico, Dr. Alí Arión Llamoza. in: Estrategias Populares en los centros históricos, VOL 1: América Latina, Africa y Asia, HIC/Unione Inquilini/H &P, México, 1998.

[13] Ver ficha: Renovación urbana suave en las zonas de rehabilitación en Berlin-Prenzlauer Berg.

[14] Ver ficha: Erradicación de la Villa 31, Proyecto El Retiro en Buenos Aires, José Meisegeier, SEDECA, in : Estrategias Populares en los Centros Históricos, VOL 1: América Latina, Africa y Asia, HIC/Unione Inquilini/H&P, México, 1998.

[15] SEDECA: Secretariado de Enlace de Comunidades Autogestionarias.

[16] Ver ficha: New Kanyama Squatter Settlement, Lusaka, Zambia, Grace M. Munshimbwe Mushinge, in: Estrategias Populares en los Centros Históricos, VOL 1: América Latina, Africa y Asia, HIC/Unione Inquilini/H&P, México, 1998.

[17]. Se trata de la Zambia Collective Housing & Community Development Foundation (ZCHCDF) y de la Zambia Women and Shelter (ZWOSAG).

[18] Ver Ficha: Evictions, Displacement and Shelter needs, the case of Durban, South Africa, Sayed-Iqbal Mohamed, (OCR), in: Estrategias Populares en los Centros Históricos, VOL 1: América Latina, Africa y Asia, HIC/Unione Inquilini/H&P, México, 1998.

[19] Ver ficha: Autorecuperación del centro histórico de Roma, Cooperativa “Vivere 2000”, Enrico Simeone.