¿Qué necesitan las políticas de vivienda?

HIC

Las cifras parecen indicar que en materia de vivienda estamos cada vez peor. Un problema tan masivo y crítico como la falta de vivienda que sufren los pobres no se va a arreglar si no recurrimos a una real “audacia social”. Hay que encontrar formas creativas de encarar los problemas de vivienda de los más pobres de las ciudades del mundo en desarrollo. Es probable que estas formas no les gusten a los profesionales convencionales, ni a los Ministros y funcionarios de gobierno, ni menos al Banco Mundial y a los otros bancos multinacionales llamados “de desarrollo”. ¿Desarrollo de quien?

Lo primero es olvidarse de soluciones caras. Dar acceso a la tierra y luego apoyar a los pobres para que hagan sus casas, en vez de perseguirlos porque no respetan las normas. Mientras antes se dé acceso al suelo, mejor. Cuesta casi 3 veces más urbanizar un terreno luego de que fue invadido, que antes de que ellos sucede. Y se puede planificar un poco hacia dónde es mejor que crezca la ciudad.

Lo segundo es sumarse a los esfuerzos que han logrado hacer los pobres para armar alguna casita, en vez de destruir los barrios precarios. No más “eliminación” de tugurios. Mucho más acciones de apoyo para que los que existen sean cada vez mejores.

Lo tercero: cambiar de socio. En vez de asociarse con los empresarios y los bancos, hay que hacerlo con los propios pobres para decidir qué hacer y cómo. Luego podrán entrar los bancos y constructores a ejecutar lo que se decide. Es urgente poner las cosas en el orden adecuado.

Cual es el principal problema? por cierto, los intereses creados, tanto políticos como económicos e institucionales. A los políticos les encanta entregar casitas bonitas, a los ministros igual. Los bancos, mientras más plata logren prestar, más intereses cobran. Los procesos incrementales y participativos no lucen tan bien en las inauguraciones, se mueven más por los esfuerzos y capacidades de los propios pobres que por el dinero de los bancos, y muchos arquitectos se podrían quedar sin trabajo si la gente empieza a tomar las decisiones. Por ello, se seguirá insistiendo probablemente en una solución que no sirve. Al menos para los pobres.